jueves, 1 de enero de 2015

Vagabundos desquiciados con mucho por lo que escribir.

Cuando la mente y el alma
pactan un alto al fuego por
unas horas.
Cuando lo único que ocupa
nuestra cabeza es la más
divina inspiración.
Y escribimos. Escribimos
por todos aquellos
trovadores del alma,
juglares del corazón frío y
del cálido, los portavoces
de la vida y la muerte.
Escribimos por los poetas.
Poetas vivos, poetas
muertos. Poetas presos y
libres. Poetas felices,
poetas suicidas, poetas
místicos y carnales. Poetas
pacientes, poetas hartos.
Poetas locos y cuerdos,
bucólicos y realistas.
Poetas sobrios, ebrios.
Poetas que juegan a amar,
poetas que juegan a la ruleta rusa.
Guardianes de la palabra,
guerreros de las letras, y
magos de la creación.
Por todos aquellos cuyas
lágrimas son de tinta, o
cuya risa el sonido de un
papel siendo arrugado
frenéticamente por la
musa que llega sin avisar.
Cuyo olor a perfume de
ilusión por un encuentro, o
a alcohol por encontrar el
olvido, se confunde con el
aroma de una hoja recién escrita.
Qué sabré yo, si al fin y al cabo tengo de poeta lo que
un vagabundo desquiciado.


2 comentarios:

  1. Hola ÁnglandRoses. Imagino que eres la Ángela que yo conozco. Enhorabuena por lo que escribes. Tienes alma de poeta, tus versos tienen esa música especial que nace en lo profundo de tu ser. En lo invisible de la carne y más allá de la carne.
    Repito, te felicito y espero que sigas escribiendo porque es bueno lo que escribes.
    Un abrazo
    mj

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  2. Muchas gracias, mj, me agrada de verdad que te guste al ti precisamente. Un abrazo.

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