sábado, 13 de septiembre de 2014

1:29 a.m.

Hagamos del caos nuestro orden,
y del desorden nuestra ley;
creemos una caótica perfección
desde la imperfección divina.

No creo en medias naranjas,
yo soy mi naranja entera.
Pero con una sola naranja no se hace un zumo,
y esta fruta la prefiero bebida.

Hagamos temblar los cimientos del estereotipo
con una obediente desobediencia
que no obedezca más dogmas que
los del instinto incontrolable.

No te quiero.
No quiero que seas mío.
Quiero que seas tuyo. Te quiero tuyo.

No quiero que me quieras.
No quiero ser tuya.
Quiero ser mía. Me quiero mía.

No obstante, sí quiero.
Quiero que en nuestros encuentros
nosotros seamos, que nos hagamos,
nuestros.

                                                                        13-09-14                     1:29 a.m.







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