miércoles, 16 de marzo de 2016

Lo que (me) provocas

Si vieras...
Has vuelto loca a la sintaxis.
Ha dejado de hacer autostop y ahora
conduce ese taxi rojo que cada
mañana a las seis en punto pasa
frente a tu puerta.
Ahora, los sujetos te predican
a los cuatro vientos,
trece,
ciento dos,
mil y un adjetivos por cada viento que tratan de
describir lo indescriptible,
de verbalizar lo inefable,
de plantar un árbol por la copa.
Ahora, los predicados sujetan las
raíces y en ellas buscan los frutos,
"¡insensatos!",
les grito,
agarrada al tronco tambaleante.
¡Por dios incompasivo y por la
virgen multiorgásmica!
Si vieras...
Menudo caos has formado.
Si tan sólo doblaras la esquina lo verías.
¿Por qué no me echas una mano...
...o dos...?
¿Por qué no te echas entero y ya le
pedimos a la sintaxis que vuelva a
hacer autostop y nos deje libre el
asiento de atrás?