domingo, 19 de enero de 2014

08-01-14.

Me sacaste del infierno
para arrojarme otra vez.
Tan blanca es ya mi tez
como el norte en invierno.

Las cuchillas del desconsuelo
desgarran mi alma encogida.
Mi piel sangra, herida,
mi cuerpo yace en el suelo.

Que el único alcohol que no duele
ya no hace efecto, ya no cura.
Que el principal sostén de mi cordura
marchó. A traición huele.

Mi mente, caótica y dolida,
busca a tu ida una explicación.
Mas ya no hay solución.
Esta batalla está perdida.

Agarrando la espada con enfado
y con el corazón en un puño, aún lucho.
Mas mi lucha no sirve ya de mucho,
por la espalda me han acertado.

Las lágrimas ya consumen este fuego
que ardía manteniéndome con vida.
Ya acaba mi agonía, alma corrompida.
No te dejó despedirte el ego.